Al final, los golpes nos deben haber enseñado…

Con lo que hemos aprendido en los últimos años, es evidente que no debemos seguir formando a los jóvenes para que - al graduarse - lo único que intenten hacer es conseguir un empleo; en su lugar,  debemos  entrenar a los  ingenieros, tomados a título de ejemplo - para usar el ingenio, producir, resolver situaciones difíciles, no para repetir lo que les dijo el profesor.

         En el caso específico que estamos enfrentando el asunto ha salido bien porque  los venezolanos que  salieron del País habían sido entrenados para buscar un trabajo en alguna empresa, no para hacer su medio de producción y – justamente – en los otros países donde fueron recibidos no hubo las facilidades necesaria estudiar en el nivel superior. En Venezuela las oportunidades eran muy buenas, tanto en las universidades como lo que se hizo con el programa Gran Mariscal de Ayacucho

Una de las enseñanzas que nos pueden haber dejado los últimos veinte años es que debemos reformar nuestro sistema educativo. La historia nos llevó, de manera progresiva a instalar organizaciones estudiantiles similares a la de los países que admirábamos por su desarrollo y el control que han tenido del universo, pero nunca ocupamos algún tiempo a revisar si lo que estábamos haciendo era lo mejor.

Lo interesante es que, a pesar de haber puesto en vigencia un procedimiento casual, donde la gente repetía lo que había aprendido de sus ductores, no intentaba descubrir nuevos sederos que lo pudieran conducir a un mundo mejor…No obstante, no fue tan malo lo que hicimos, porque – a pesar de que nuestro método era igual o mejor que los modelos de  América Latina, al final nos han servido para que nuestros emigrantes consigan refugio en otros lugares.

Ayer me decía uno de mis alumnos que decidió viajar a Chile, que le había ido muy bien, y que tanto él, como su esposa estaban trabajando en condiciones aceptables, porque los jóvenes del País no tenían la curiosidad intelectual para hacer un poco mejor lo que estaban haciendo.

¿Qué sucedió en nuestro sistema educativo?  Después que formamos las universidades, empezamos a incluir en el profesorado a los mejores alumnos que se habían graduado, es decir, los que mejor repetían lo que les decía su profesor pasaban a ser profesores. Y – así - el conocimiento fue viajando por varias generaciones, repitiendo lo  que a nosotros se nos había dicho; y – simultáneamente, el método se fue empobreciéndose a medida que pasaban los años. Los apuntes de clase se envejecían  a medida que también envejecía el profesor. 

En esa época no había un reto que obligara a aprender continuamente para transferirle al alunado una metodología para promover el desarrollo.  Las tesis de grado, que deberían ser una demostración de lo que la persona había asimilado durante la carrera, se repetían  una y otra vez, y los profesores silenciaban el delito que estaba haciendo el estudiante.

Unos años después, aparecieron  los que hacían las tesis y cobraban por hacer el trabajo… Y nadie ponía al descubierto lo que estaba pasando.

Ahora, cuando los emigrantes venezolanos demuestran que son mejores, se nos ocurre que han ocurrido dos cosas:

1.-     La necesidad y el desastre en el cual ha caído el País nos obliga a no desaprovechar una nueva oportunidad.

2.-     A pesar de que no hicimos lo debido, parece obvio que, con  respecto a lo que hicieron otros países, todavía el nuestro fue mejor y el dinero que utilizamos para preparar a la juventud ahora está mostrando sus ventajas.

¿Qué debemos hacer?

La nueva educación no debe ser  libresca, sino que debe quintaesenciar el conocimiento y dedicarle a la parte teórica lo necesario y suficiente para la formación del personal.  La educación debe conducir al participante a producir mientras se trabaja. Las escuelas técnicas en todas las líneas del conocimiento deben conducir a los muchachos a “aprender a hacer” porque, a caminar se aprende… Caminando.

Entre nosotros la gente no piensa sino que repite lo que le dijo el profesor.  El que mejor repite pasa ser un profesor.

En lo sucesivo,  la producción de talleres, laboratorios, empresas y todo lo inherente al aprendizaje en cada disciplina debe ser una parte importante en el uso del tiempo, de cada venezolano.

Anterior
Anterior

LAS UNIDADES ANTIGUAS

Siguiente
Siguiente

La Piratería y las Redes de Gas