¿POR QUÉ ESTÁ DESAPARECIENDO EL RELÁMPAGO DEL CATATUMBO?...  Y ALGO MÀS.

Marcías J. Martínez

No puedo asegurar que esté desapareciendo el relámpago al cual hacemos referencia, el título del escrito obedece más a una afirmación que ha circulado en el ambiente y  que  nos  conduce a llevar a cabo un análisis preliminar que nos permita evitar que tal cosa suceda.

Si empezamos por aceptar que el metano es un parámetro muy importante en la generación del fenómeno atmosférico,  es obvio que – si se afectara el ecosistema al punto de evitar la producción de gas natural, también se afectaría la producción del relámpago; de donde luce muy importante que no se altere el ambiente natural de la región,  algo similar a lo que  se hizo cuando se procedió a eliminar los palafitos que se habían construido en lugares donde la acción humana afectaba  la producción  de los manglares, que es la fuente esencial de la vida en el mar…

También se ha dicho, abiertamente, que el pantano ha empezado de producir metanol, en razón de lo cual conviene hacer algunas consideraciones al respecto.  Sabemos, desde el punto de vista científico que el metano se transforma en metanol y que este alcohol,  tendería a destruir los hidratos que se forman en la nube,  con la mezcla del metano y el vapor de agua

Ahora bien, ¿cómo destruimos estos tapones de hidratos cuando se producen en la actividad diaria del mundo del gas natural? 

Es común en la industria del petróleo que, al formarse hidratos, se utilice metanol para disolverlos.   Dado que los autores del trabajo científico señalan la presencia del radical metilo, en la nubes donde se genera el relámpago, es factible pensar que la presencia de este componente pudiera ser la causa por la cual el relámpago está desapareciendo, porque, al combinarse con los hidratos, éstos se disuelven y regresan a su condición primaria, en estado gaseoso. 

Es decir, el pantano generó los componentes que originan los hidratos – que hacen visible la incandescencia - y ahora, por descomposición de la materia orgánica, empieza a generar el alcohol metílico que los destruye.

Dejemos ahora  algunas anotaciones de carácter científico al alcance de los lectores.

Los ingenieros de gas nos encargamos de estudiar, analizar y dividir los diferentes componentes que integran la cadena parafínica que comúnmente llamamos: gas natural. Y este diseño lo vamos haciendo para producir los diferentes componentes puros que requiere el mercado.

En la primera torre, de las plantas – que para el público parecen refinerías-  sacamos por el tope el metano y el etano que enviamos por tuberías para el uso doméstico e industrial.  En la segunda torre sacamos el propano que luego mezclamos con el butano para llenar las bombonas de gas licuado entre otras aplicaciones.  En la tercera columna sacamos el butano, por el tope de la torre y la gasolina blanca por el fondo. Y – si existe alguna petroquímica que necesite el butano para hacer el butadieno - que usamos para hacer el caucho sintético – debemos incluir la torre más alta, que separa el isobutano del butano normal. Estos componentes son mellizos y resulta muy difícil separarlos, pero técnicamente lo podemos hacer.

En resumen lo que hacemos los ingenieros de gas es dividir los diferentes integrantes del gas natural para utilizarlos por separado, pero no fraccionamos la molécula de cada uno de los componentes.  Ese el trabajo de los petroquímicos.

La gente de la industria petroquímica, utiliza los integrantes puros del gas natural y los hace pasar por catalizadores, con la cual, se fracciona la molécula.  De esa manera el etano – por ejemplo- se convierte en etanol o alcohol etílico y pasa a ser un producto diferente al gas que le dio origen. Con esa metodología el gas natural ha servido de base para elaborar todos los plásticos que conocemos en nuestros días. Por ejemplo, el etileno, que se produce con el etano, se puede llevar al polietileno, con lo cual fabricamos una gran cantidad de productos que han facilitado de manera considerable la calidad de la vida de los seres humanos.

Siguiendo el mismo análisis – si no queremos que se destruya el relámpago del Catatumbo debemos analizar dónde y porqué se está produciendo el radical metilo o el metanol donde antes se produce el metano  que genera el pantano, y que – si no conseguimos los correctivos a tiempo – puede desaparecer ese fenómeno resplandeciente que tanta importancia tiene para nosotros.

De allí la importancia de la investigación, de las universidades y de todo lo que signifique fomentar el capital científico del País.  El problema está en que, las personas que cultivan ese nivel no tienen la serenidad necesaria para expresar sus conocimientos con sencillez y elegancia.  Y de allí la razón por la cual nuestros científicos -  o lo que quede de ese gremio - se dispongan a analizar y resolver los problemas de nosotros, en primera instancia. Eso es lo que – en general se conoce – como investigación aplicada.

A pesar de las muchas discusiones que tiene en nuestro nivel ese concepto.  Alguna vez, estábamos reunidos un grupo de “trabajadores de la ciencia” y discutíamos el tema que ahora  les presento someramente en este artículo.  El que recibía los golpes más contundentes se dedicaba a estudiar la “atracción sexual entre los virus”. Y respondió el investigador.

Mi investigación es “eminentemente aplicada”. Si yo logro que los virus no se atraigan sexualmente, acabo con las enfermedades que producen.

Algunos integrantes de nuestro gremio suelen decir: “Todo lo que nosotros hacemos es aplicado”, sólo que – en algunos casos, lo que hemos mejorado o descubierto, encuentra las aplicaciones un poco más tarde.

El Dr. Sáez del Toro, un matemático de muy alto nivel, nos decía: “En la vida, lo único que nunca se aplica es lo que nunca se aprende”.

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