HAY ALGO QUE DEBEMOS CAMBIAR…

MARCÍAS MARTÍNEZ

        

Había pedido el año sabático y decidí trabajar ese año con CORPOVÉN, la cercanía con ingenieros en ejercicio de la profesión y las diferentes plantas de gas natural que necesitan asistencia me indicaron la conveniencia de apartarme de la docencia y pasar un año en el trabajo de campo. Y me asignaron un proyecto para actualizar a los ingenieros de gas en los aspectos inherentes a la operación y funcionamiento de las plantas.

         Uno de los gerentes me explicó… Uds. son muy buenos profesores pero llenan el tablero de derivadas e integrales y mi gente no necesita eso. Queremos “un traje a la medida” donde mis ingenieros actualicen el cómo debe ser. Que revisen el comportamiento de las plantas y cada una de las operaciones relacionadas con el trabajo que debemos hacer todos los días.

         Entendí que querían conocimientos de aplicación inmediata, correctivos, no elementos teóricos del nivel universitario. Estos son operadores, no científicos que pueden dar una respuesta dentro de algunos meses o años, tal vez…

         Estudié cómo hacer el trabajo. Fui analizando a cada uno de los profesionales en ejercicio en los diferentes temas de la profesión, en el caso del ingeniero de gas.  Busqué a los mejores, los que sabían resolver los problemas pero que no eran profesores.

         Distribuí los temas y planifiqué el trabajo para ser desarrollado en 120 horas (tres semanas) con el espaciamiento respectivo para serenar la información que habían recibido.  Y empezaron las clases.

         Mi trabajo era darle a cada uno de los nuevos profesores las herramientas normales del pedagogo.  Enseñarlos a decir – con seguridad – lo que ellos sabían hacer muy bien. Debería convertirlos en excelentes comunicadores.

         Los primeros días algunos estaban nerviosos… Y – sentado en el fondo del salón, de espalda a los participantes –yo les hacía señas para ir perfeccionando al académico.

         Tal vez, en la primera semana, algunos tartamudeaban… Pero una o dos semanas después, los especialistas, convertidos en académicos, respondían con seguridad: “Eso lo vamos a dar el próximo miércoles a las tres de la tarde”.

         Yo me sentía como un general con 20 coroneles que habían trabajado durante varios años en lo que estaban enseñando a sus compañeros de trabajo. No eran profesores que estudiaban la noche anterior lo que iban enseñar… sino profesionales que habían trabajado por años en lo que les enseñaban a sus compañeros de trabajo.

          Había resuelto el problema de la transferencia de tecnología.

         Surge ahora una comparación del método con el cual los conocedores de la materia se convierten en académicos, con capacidad suficiente para promover el desarrollo o la continuación del método que se aplica en las universidades.

         Entre nosotros se ha vuelto cotidiano que los mejores alumnos de la promoción se queden como profesores de la universidad y, sin la experiencia práctica para trasmitir el conocimiento empiecen a trabajar como docentes. De esa manera el conocimiento teórico se va trasmitiendo de una a otra generación sin que ninguno de ellos haya recibido el entrenamiento que les permita discernir entre la teoría y la práctica. Así la enseñanza se trasmite de padres a hijos, sin que - en varias generaciones - alguien haya trabajado en lo que está enseñando en la universidad.

         Entre nosotros, cuando alguien con experiencia real de la ingeniería quiere entrar a la academia se le contabiliza la experiencia de 4 a 1.  Un año de antigüedad académica por cada cuatro años de servicio en la industria. Con esta metodología es muy difícil que los expertos formados en el campo deseen ingresar en la universidad.

         Creo que – cuando volvamos a tener el País que debe ser – revisemos los métodos que se están empleando y pongamos en vigencia una buena dosis de sinceridad en nuestras decisiones. Tal vez, nos dediquemos a convertir las facultades de ingeniería en institutos tecnológicos para que los muchachos aprendan a trabajar… Sin lugar a dudas… Hay algo que debemos cambiar… 

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